Goles de falta: un arte en extinción.
Hubo un tiempo en que cada falta cerca del área era medio gol. Un estadio entero contenía la respiración. El narrador se venía arriba. El portero temblaba. Y entonces… el golpeo perfecto.
Hoy, en cambio, el balón se va a la grada, a la barrera o directamente a las manos del portero. ¿Dónde quedaron los lanzadores de verdad?
Hoy, en cambio, el balón se va a la grada, a la barrera o directamente a las manos del portero. ¿Dónde quedaron los lanzadores de verdad?
Que los goles de tiro libre en el fútbol moderno son prácticamente historia, no es solo una sensación, es una realidad que se sostiene con datos.
En Champions League los goles de falta se han reducido drásticamente desde, por ejemplo, la temporada 1998-99:
- En la temporada 2022-23, solo se marcaron 3 goles de falta directa.
- En la temporada 2021-22, solo fueron 6 los goles de tiro libre.
- En la temporada 2020-21, esos goles fueron 9.
Y así hasta la temporada 1998-99, en la que se marcaron 12 goles de tiro libre, el máximo histórico de la competición.
Esto supone que aproximadamente 1 de cada 83 goles que se han marcado en las últimas temporadas —desde la 2020 hasta la 2023–, han sido de falta directa, muy por debajo de los 1 por cada 12 de la temporada 1998-99.
Aunque los datos dejan al descubierto esta realidad, existen factores deportivos que favorecen la baja tasa de goles de tiro libre en el fútbol moderno como:
- Defensas más cuidadosos con las entradas.
- Menos faltas cometidas al borde del área.
- La utilización de VAR, que disuade de cometer según que entradas.
- Falta de especialistas.
- Entrenamientos más físicos y menos técnicos.
- Balones más evolucionados.
- Barreras más entrenadas y mejor posicionadas.
- Porteros mejor preparados.
- Más equipo y menos individuales.
El VAR es un sistema muy efectivo y justo, pero también es una potente herramienta de disuasión para las defensas. Con él, las defensas del fútbol moderno son más cuidadosas a la hora de cometer faltas al borde del área, eso disminuye las opciones de los atacantes rivales con respecto al lanzamiento de faltas en posiciones ventajosas de cara a portería.
Contra menos faltas cometidas en el borde del área, menos necesidad hay de tener especialistas en ese golpeo. Antes, los jugadores con gran pie para el lanzamiento de tiros libres, explotaban esa cualidad entrenándola y perfeccionándola, convirtiéndose en piezas claves del engranaje del equipo durante el partido. Pero hoy en día, a esos/as futbolistas que destacan en esa faceta, quedan relegados al banquillo debido a entrenamientos más físicos y menos técnicos que puedan explotar esas virtudes. En cambio, virtudes más de equipo como la defensa colectiva, presión alta, presión tras pérdida, la posesión, jugadas preparadas o saques en corto predominan en los ecosistemas de juego del fútbol de hoy en día, por encima de aquellas individualidades que destacaban no hace tanto.
Aun así, siguen cometiéndose, aunque menos, faltas al borde del área que requieren de futbolistas con buen golpeo para su ejecución. Hoy hay sobrepoblación de futbolistas con buen pie, por lo que entre rotaciones y egos hay más jugadores/as con falta de constancia en su lanzamiento, que reduce casi a la nada la figura del/la experto/a.
Los balones también han evolucionado en este tiempo, convirtiéndose en balones más ligeros e impredecibles en sus trayectorias de tiro. Con respecto a las barreras, estas hoy se posicionan mucho mejor, son mejor ordenadas y posicionadas por los/las porteros/as, reciben pequeñas instrucciones en entrenamientos que ponen en práctica durante el partido, saltan más coordinados o se tumban para evitar lanzamientos rasos por debajo de la misma. Los porteros también están mucho mejor preparados para afrontar esos lanzamientos, posicionándose mejor y estudiando a los posibles lanzadores rivales.
Atrás parecen haber quedado auténticos lanzadores de faltas como Siniša Mihajlović, Juninho Pernanbucano, Koeman, Beckham, Platini, Messi, Pelé, Hagi, Zico, Cristiano Ronaldo, Maradona, Ronaldinho, Rivaldo, Pirlo, Roberto Carlos o Francescoli. Dioses del fútbol que hacían soñar a sus aficiones cada vez que se preparaban para lanzar esos tiros libres colocados, fuertes, dirigidos y técnicos imposibles incluso para superporteros de sus épocas. Lamentablemente y si nada lo impide, un arte cada vez más en extinción.
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