Reseña de cómics: Batman, espiral interminable.
Mucho había leído sobre Kevin Smith y sus proyectos en el mundo del cómic. Ya lo conocía de su faceta como guionista de cine, director y productor por lo que su faceta como guionista de cómics me era bastante desconocida, por lo que cuando tuve la oportunidad no podía dejarla pasar con Espiral interminable.
Si he de ser sincero, no fue uno de esos cómics que disfruté por completo. Sí valoro mucho su capacidad para crear una historia seria de Batman, que toca aspectos en los que habitualmente otros no se manejan, pero he de reconocer que me costó engancharme a su estilo, aunque la cosa a medida que avanza toma mucho más interés.
La introducción de Bafomet, ese nuevo personaje que pretende actuar como un nuevo héroe en Gotham es realmente un acierto, aunque la historia más allá de crímenes y acción, es la historia de un Batman que, por primera vez, comienza a vivir como Bruce Wayne e, incluso, a enamorarse. Es ahí donde transcurre una trama que introduce al héroe en el dilema, de ceder el testigo de protector de Gotham o seguir renunciando a su propia felicidad.
Una historia que a medida que avanza llega a su clímax, un final que es en todo un cliffhanger en toda regla que consigue lo que busca, dejarte con ganas de más y una sorpresa mayúscula. Pero lamentablemente, a estas alturas no existe continuidad y de momento no se la espera, pese a que el propio Smith no cierra la puerta a trabajar en esa esperada continuación en cuanto encuentre el momento y la historia que merezca la pena para el dibujo de Walter Flanagan. Precisamente, el dibujo de Walter Flanagan tiene momentos muy buenos en los que disfrutas de su estilo.
En definitiva, Espiral interminable es un buen cómic que no pretendía ser una historia cerrada como bien marca su final, pero que se aleja mucho de las historias detectivescas y acción que abundan del Caballero Oscuro.
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