Kolimá, la carretera de los huesos.

Durante la dictadura estalinista, la antigua Unión Soviética utilizó las tierras siberianas para construir decenas de campos de concentración, los conocidos como Gulags. El autoritario gobierno liderado por Stalin, utilizó prisioneros políticos y comunes, para trabajos forzados que, en muchas ocasiones, terminaban con la vida de aquellos condenados por el régimen en condiciones infrahumanas. En esas condiciones, se construyó una de las carreteras más peligrosas, en uno de los lugares más duros del planeta.


Construida entre 1932 y 1956, une Magadán en el mar de Ojotsk y Yakutsk en Siberia. La intención era la de unir ambos puntos con una infraestructura que permitiera al régimen estalinista, explotar los recursos naturales de la zona. Pero tan solo viajar a aquella zona, ya representa un reto mayúsculo de asumir para la vida de cualquiera, más aún en las pésimas condiciones en las que aquellos presos eran obligados a trabajar.


Situada en plena Siberia y con unos 2.025 km de longitud, las temperaturas pueden llegar a alcanzar los -50º. Se dice que a cada metro construido moría un preso. Como era muy costoso hacerse cargo de los muertos que iban dejando a cada paso, se tomó la decisión de no solo abandonarlos, utilizar sus cuerpos como material poroso, mientras iban construyendo la carretera. La Autopista de Kolimá, está construida bajo centenares de restos humanos, que bien le vale su apelativo de “la carretera de los huesos”. Y con un pasado tan traumático y violento, las historias y leyendas que las gentes del lugar cuentan de ese complicado trayecto, son inquietantes.


La más conocida es la de una extraña mujer que camina por el lateral de la carretera, tan solo ataviada por un abrigo y arrastrando una bolsa. Muchos de los que circulan por la Autopista de Kolimá y aseguran haberla visto, han intentado hablar con ella y ofrecerle ayuda, ya que no es un lugar en el que un ser humano pueda sobrevivir demasiado tiempo. En ninguno de los casos, la mujer ha cruzado palabra con quienes se han ofrecido para ayudarla, prosiguiendo su camino impasible.

Circular por la carretera de los huesos no es tarea fácil e incluso puede ser peligroso. A sus problemas de inundaciones y fuertes nevadas, que complican y mucho la circulación, el frío extremo es también un asunto muy a tener en cuenta. 


En 2020, un par de amigos rusos tomaron la ruta de la Autopista de Kolimá, porque Google Maps les indicó dicha ruta como la más rápida para llegar a su destino. Según la recomendación del navegador, con esa ruta se ahorraban unas 3 horas de trayecto. Estando poco equipados para las temperaturas bajo cero que se vivían, su coche sufrió la avería del radiador, quedándose allí tirados. Uno de los chicos no pudo aguantar el frío y murió, el otro fue rescatado con vida, pero con síntomas graves de hipotermia. A raíz de esto, Google decidió retirar esa ruta de todas sus recomendaciones, para evitar otros sucesos desafortunados.

Actualmente la Autopista de los huesos sigue activa y, por ella, siguen circulando personas que no tienen otro camino que tomar para llegar a su destino. ¿Te atreverías a tomar esa ruta? 


* Gracias Quique, por hablarme de esta historia, a través de un muy interesante cómic que me recomendaste, que toma la construcción de esta carretera como centro de su trama.

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