El reloj maldito de Praga.

Praga es una de las ciudades con mayor interés turístico y cultural de Europa. La Ciudad Dorada es una de las ciudades con mayor encanto e historia pero, también, es una ciudad que lleva siglos sumida en una maldición, que tiene como origen uno de sus mayores monumentos, el conocido como Reloj de Praga.


En 1490, Praga inauguraba una de las grandes maravillas del mundo. El Reloj de Praga o Orloj, fue diseñado por el maestro relojero Jan Ruze. Ruze construyó un reloj astronómico avanzado para su tiempo y realmente complejo. Situado en la pared sur de la Torre del Ayuntamiento Viejo, en la plaza de la Ciudad Vieja, el Orloj es un reloj medieval con tres características principales. 


El reloj indica la hora, las posiciones del Sol y la Luna en el cielo, un calendario circular con medallones que representan los meses del año, además de diferentes figuras o representaciones, como las de un astrónomo y un cronista, situados en el lado derecho del calendario, así como la figura de los doce apóstoles y otras estructuras móviles como la de la Muerte, representada por un esqueleto que porta un reloj de arena.




El Orloj se convirtió en poco tiempo, en un auténtico reclamo que atraía, sobre todo, a mercaderes de todo el mundo que no dudan en realizar una parada en su viaje, para disfrutar de este gran reloj. Fue tal la admiración que despertaba, que su diseñador obtuvo incluso el ofrecimiento para replicarlo, por parte de un aristócrata alemán. Cuando este ofrecimiento llegó a oídos de los gobernantes de Praga, estos convocaron a Jan Ruze ante ellos, para preguntarle si sería capaz de replicar su gran obra. Ruze, ni corto ni perezoso, se mostró totalmente seguro de ser capaz de ello, sin sospechar los motivos reales de tal interrogatorio. Una vez afirmó que sería capaz, mandaron quemarle los ojos, para que jamás pudiera ser capaz de replicar aquella maravilla.


Aquello devastó a Jan Ruze, que totalmente ciego, pidió ayuda para acceder al interior de su reloj y tocar su mecanismo una última vez. Fue entonces cuando, Jan Ruze decidió poner su mano en uno de los engranajes, quedando atrapada por completo, perdiéndola y muriendo posteriormente. La leyenda cuenta que con su sangre bendijo su maldición, contra la ciudad que le traicionó. Desde entonces, dicen que el reloj cuando se para, no quiere que lo reparen, provocando la muerte a todo aquel que lo intente. Como parte de la maldición, también quedaría maldita la ciudad de Praga, pues cuando el Orloj se pare por mal funcionamiento o avería, la ciudad viviría algún desastre. 

Desde la muerte de Jan Ruze, el Orloj se detuvo en dos ocasiones. Una fue a finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Alemania Nazi atacó Praga y en 2002 cuando, debido a un temporal de lluvias, que provocaron una gran inundación en la Ciudad Vieja y que obligó a evacuar a unas 200.000 personas en toda República Checa, el reloj también se detuvo.





La maldición del Orloj también habría dado la visión del futuro, a algunas personas que, en su historia, habrían estado en sus entrañas, mostrando otras devastaciones que Praga estaría por padecer. 

Desde que se paró al final de la Segunda Guerra Mundial, el Orloj ha sido reparado y reformado en múltiples ocasiones. La última gran reforma, la más ambiciosa hasta la fecha, se llevó a cabo en 2018 y mantuvo al Reloj de Praga, detenido durante 6 meses. Afortunadamente, no sucedió nada, pero ¿quién asegura que, la próxima vez que el gran Reloj de Praga se detenga por avería, pueda no suceder?

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