Reseña de cómics: Los Picapiedra — la sorprendente sátira que nadie vio venir.
El guionista Mark Russell y el dibujante Steve Pugh, tomaron las riendas de una de las series de animación más recordadas de Hanna Barbera de los 60 y, entre 2016 y 2017 publicaron su versión de Los Picapiedras. Una lectura muy interesante y divertida, cargada de sátira social y que pone a las sociedades occidentales frente a un incómodo espejo. Mi reseña de cómics trata sobre: Los Picapiedra.
Debo reconocer que cuando me hice a préstamo en la biblioteca municipal con este integral de la extinta ECC, y tras leer su contraportada, en el fondo sabía que algo bueno podía tener entre mis manos.
En el pueblo de Piedradura, Pedro y Vilma Picapiedra, su hija Pebbles, sus vecinos los Mármol, y sus amigos, compañeros de trabajo y dinoaparatos protagonizan divertidas aventuras ambientadas en una Edad de Piedra que bien podría ser reflejo de nuestra era, tan confusa y cautivadora como alienante.
Debo reconocer que cuando me hice a préstamo en la biblioteca municipal con este integral de la extinta ECC, y tras leer su contraportada, en el fondo sabía que algo bueno podía tener entre mis manos.
Y es que este tipo de proyectos que agarran, como es el caso, una serie mítica de la infancia de varias generaciones y la transportan a un plano más adulto, desde una perspectiva de sátira social, promete buenos momentos.
De punto de partida, situar a Los Picapiedra en una sociedad similar a la nuestra o que nos suena muy parecida, con nuestros problemas y preocupaciones suena bastante surrealista. Y es que esta obra que nos presenta Mark Russell es una historia desenfadada, llena de crítica social que se ríe de nuestro estilo de vida consumista, de la política, de la religión, de la ciencia… casi no se deja nada por el camino. De todo se ríe mientras nos enseña nuestros defectos y vergüenzas como sociedad.
Pero también tiene momentos entrañables y tristes, algo que incluso a mí me removió los sentimientos, como por ejemplo esos momentos cortos, pero que muestran tanto, entre algunos de esos aparatos domésticos en forma de animales, tan característicos de Los Picapiedra.
El dibujo de Steve Pugh se ajusta perfectamente al estilo que aporta Russell, con momentos visuales muy divertidos y absurdos que te arrancan más de una sonrisa.
Los Picapiedra son una serie entrañable que ya en su momento tocaron temas insólitos para una serie animada de su tiempo. Pero es que esta nueva visión es un total acierto: fresca, divertida, hilarante y, sobre todo, una fantástica burla de una sociedad repleta de defectos exagerados y caricaturizados de forma brillante.
Si tienes la oportunidad de encontrarlo, no lo dudes, será una gran apuesta.
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