El Sabueso de Mons.

23 de agosto de 1914, el ejército británico desplegó a su Fuerza Expedicionaria en suelo belga, concretamente en la localidad de Mons, para evitar el avance del poderoso ejército alemán. Los aliados estaban sufriendo en ese momento un duro revés en la Primera Guerra Mundial, hasta el punto de que Alemania estaba haciendo retroceder a Francia en el campo de batalla. La Batalla de Mons inició la progresiva retirada de los aliados hasta París, pero también nos dejó diferentes historias y leyendas que se encargaron de contar sus supervivientes. Una de esas leyendas nos relata el terror vivido entre ambos bandos por lo que se describía como un monstruoso perro que atacaba, mataba y descuartizaba a los soldados en la oscuridad de la noche.


Se dice que quién difundió por primera vez la leyenda del Sabueso de Mons, fue un soldado canadiense en una publicación de un periódico. En ella el veterano de guerra F.J. Newhouse, contaba en 1919 como en aquella desbastadora guerra de trincheras, los soldados en el frente aseguraban escuchar aullidos y alaridos infernales que surgían en la oscuridad de la noche, dentro de lo que se conoce como tierra de nadie, el espacio que queda entre dos bandos a la espera de ser invadido, conquistado o defendido en un enfrentamiento.

Los soldados británicos encontraron muertos a un grupo de cuatro soldados que formaron una patrulla en plena tierra de nadie una noche. Tras perder contacto otra patrulla los encontró al día siguiente con la garganta desgarrada, señales de mordeduras de un gran animal y algunos incluso descuartizados. Aquello se repitió en varias ocasiones consecutivas. 

Había quién aseguró que en la oscuridad de la noche, ver una enorme sombra o silueta como de perro o lobo enorme, negro y de ojos rojos vagar por el campo de batalla como un fantasma. También escuchaba de vez en cuando, cuando la batalla se tomaba un respiro, gritos de soldados en plena noche, no solo británicos, también del bando germano, acompañados de aullidos aterradores. Entonces entendieron que aquel peligro también lo sufrían los enemigos, ya que en un principio se especulaba con que los alemanes eran los culpables de soltar a un depredador devora hombres en pleno campo de batalla.


La guerra continuó y no se supo más del Sabueso de Mons, a parte de las leyendas e historias que explicaban los lugareños y antiguos soldados del frente de batalla. Aún hoy hay quién se resiste a caminar solo o acompañado cerca de aquel lugar, temerosos de ser atacados por aquel perro infernal.

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