Jack El Destripador y el misterio del asesino ¿Cuál fue su identidad?

Corría el año 1888 en un barrio decadente de Londres, cuando una serie de brutales asesinatos aterrorizaron a los londinenses. Hoy en día la verdadera identidad del conocido como Jack El Destripador sigue siendo una incógnita, un personaje que con el paso de los años se convirtió en un icono del misterio de la cultura londinense.


El barrio de Whitechapel en Londres era un lugar superpoblado debido a la alta inmigración irlandesa y la masiva llegada de judíos desde el este de Europa y Rusia. Todo ello sumado a la escasez de empleo de la zona favoreció la proliferación de familias de clase baja muy empobrecidas, altas tasas de criminalidad, prostitución, alcoholismo, violencia en general, casos de racismo, antisemitismo, revueltas varias, etc que convertían esos barrios del East End de Londres en auténticos polvorines difíciles de controlar por la policía. En ese ambiente ejercían la prostitución mujeres de todo tipo. Sus servicios eran requeridos por multitud de hombres, favoreciendo que enfermedades como la sífilis se extendiera por muchos hogares, creando un estigma social en el seno de las familias donde se contraía difícil de eludir.

Este podría ser un pequeño retrato del Whitechapel de 1888, un lugar sombrío donde prosperar era difícil y donde sucedieron una serie de crímenes que se recordarán durante décadas.

LOS CINCO CANÓNICOS, LOS ASESINATOS DE JACK EL DESTRIPADOR.
Para ser sinceros no era raro que la policía se ocupara de diferentes asesinatos en Whitechapel. En un momento tan complicado a nivel económico y con las clases bajas viviendo en la pobreza, no era extraño para el cuerpo de policía encontrarse con asesintatos por ajustes de cuentas, antisemitismo, robos e incluso violaciones, agresiones y todo tipo de altercados. Pero una serie de asesinatos llamaron la atención por encima de todos los demás delitos y llevarían de cabeza a la Policía Metropolitana de Londres y a la mismísima Scotland Yard.

El 31 de agosto de 1888 sobre las 3:40 A.M., un carretero y su compañero encuentran en la calle Buck's Row el cadáver de la prostituta Mary Ann Nichols de 43 años. Rápidamente llaman a la policía que acude en pocos minutos. El cuerpo de Mary Ann Nichols presentaba dos cortes en el cuello, el abdomen parcialmente rasgado con una profunda hendidura y varias incisiones. No había indicios de agresión sexual, ni de robo de ninguna clase. 
El 8 de septiembre sobre las 6:00 A.M. la policía encontró cerca de la entrada al patio interior de la calle Hanbury el cadáver de otra prostituta llamada Annie Chapman de 47 años. Annie Chapman también tenía dos cortes en el cuello, pero a ella le apuñalaron numerosas veces el vientre hasta extirparle el útero. Con este segundo asesinato la policía quedó perpleja ya que el asesino no conforme con asesinar a su víctima degollándola y apuñalándola repetidas veces, le arrancó el útero y se lo llevó, algo que hacía sospechar que el motivo de esos asesinatos pudieran contener un alto odio hacia las mujeres. En esta ocasión la policía recibió el testimonio de una persona que aseguraba haber visto a Annie Chapman media hora antes de encontrarla muerta junto a un hombre de cabello oscuro y de apariencia de venido a menos. Aquello era una pequeña pista, pero para nada suficiente como para poder descubrir la identidad del asesino.


El 30 de septiembre a la 01:00 A.M. fue descubierto en Dutfield's Yard el cadáver de Elizabeth Stride, una prostituta de origen sueco de 44 años de edad. A diferencia de las otras dos víctimas el asesino no se ensañó con ella, ya que solo se encontró un corte en el lado izquierdo del cuello que le seccionó la arteria principal. Como con Chapman varios testigos afirmaron que la vieron minutos antes junto a un hombre rubio, otros era con un hombre de piel oscura y otros que era un hombre que vestía de forma andrajosa. De ser Jack el Destripador el autor de ese nuevo asesinato posiblemente fue sorprendido por Stride antes de cometer el asesinato que buscaba y, por ello, terminó con ella de esa forma. 
45 minutos más tarde, no muy lejos del lugar en Mitre Square, se encontraría el cuerpo sin vida de Catherine Eddowes otra prostituta de 46 años de edad. Catherine Eddowes presentaba varios cortes profundos en la cara, la garganta degollada, una gran incisión en el abdomen y le habían extirpado el riñon izquierdo y parte del útero. De nuevo los testimonios hablaban de haberla visto minutos antes con un hombre de melena rubia, aunque otros no lo tenían claro. Su delantal ensagrentado fue abandonado presuntamente por el asesino en la calle Goulston, cerca de la entrada de un edificio de apartamentos y a los pies de una pintada antisemita al lado de un local donde se llevó a cabo una charla o debate entre integrantes de la comunidad judía. Aquella pintada decía: "Los judíos son los hombres a los que se les acusará de todo". Esa frase se especuló que pudiera ser escrita por el mismo asesino. Para evitar que aquello se relacionara con los judíos el comisario de policía mandó borrar ese escrito.


Pasado un tiempo el 9 de noviembre a las 10:45 A.M. la policía encontró sobre la cama de su habitación en Miller's Court el cadáver de Mary Jane Kelly, prostituta de 25 años asesinada y brutalmente mutilada. La imagen dejó helados y sin palabras a los primeros en llegar al lugar del crimen por lo grotesco del ensañamiento sufrido. Mary Jane yacía en su cama con un fino camisón y con un corte desde la garganta hasta la espina dorsal, se le extrayeron todos los órganos abdominales y el corazón. La nariz, cara, orejas, senos y muslos habían sido mutilados o parcialmente mutilados. Restos de los órganos y de muslos, seno y cara se esparcían alrededor de la cama, la habitación y la mesita de noche. El descubrimiento del cadáver lo realizó un hombre que venía a cobrar la deuda de Mary Jane Kelly con el alquiler de la habitación. Testigos habían visto a la joven entrar y salir en numerosas ocasiones con clientes diferentes de la habitación. Mary Jane Kelly decidió reunir suficiente dinero esa noche para satisfacer la deuda que tenía, pero finalmente acabó de la peor manera. La policía creía que la joven prostituta podría haber sido sorprendida por alguien conocido que accedió a la habitación sin forzarla, eso demostraría que ella conocería al asesino o que fuera un cliente más de esa noche. Ese asesinato siempre generó dudas sobre quién fue el autor. La violencia y lo macabro del mismo parecía alejarse de las costumbres del Asesino de Whitechapel. Pese a todo ese fue considerado el último asesinato de Jack el Destripador.


Tras el asesinato de Mary Jane Kelly el asesino de Whitechapel, conocido como el Destripador de Whitechapel o pocos años más tarde también como Jack el Destripador, dejó de actuar misteriosamente sin que nadie supiera el motivo. Hubieron más asesinatos de prostitutas, pero ninguno se atribuyó a este asesino. Quedó de esa manera sin resolver quién fue el asesino en serie que mantuvo en vilo a Whitechapel y Londres durante el final de aquel fatídico 1888.

TEORÍAS SOBRE EL ASESINO.
El nombre de Jack el Destripador fue acuñado por la prensa años más tarde de aquellos sucesos. Ante la falta de la identidad del asesino se decidió darle nombre e incluso redactar, en algunos casos por parte de periodistas, cartas firmadas por Jack el Destripador y publicadas por la prensa.


La identidad del asesino ha sido motivo de estudio e investigación durante décadas, arrojando todo tipo de teorías que nunca pudieron ser contrastadas por completo. Rumores, intuiciones, testimonios... llevaron a identidades e historias conspiranoicas que inspiraron al mundo de la literatura y el cine. Algunas de esas teorías son:

• Que fuera alguien de la aristocracia. Un hombre que hubiera decidido por diversión o simple sometimiento de los pobres emprender una serie de asesinatos en Whitechapel.

• Que fuera un miembro o descendiente de la Realeza Británica. Durante años se sospechó de un miembro próximo de la familia Real Británica, al que se pudo encubrir para evitar escándalos inapropiados para la corona. También se llegó a relacionar al médico personal de la Reina. 

• Que fuera un médico de clase alta, con altos conocimientos de anatomía y obsesión por la precisión quirúrgica, el cual utilizaría a las prostitutas de Whitechapel para practicar su destreza.

• Que fuera el Ex-Primer Ministro de la época.

• Que fuera un inspector de Scotland Yard a cargo de la investigación y que podría haberse escapado gracias a los conocimientos del caso.

• Que realmente el Asesino de Whitechapel fuera una mujer, algo que la hubiera hecho pasar totalmente desapercibida ya que siempre se sospechó de un hombre.


LAS POSIBLES IDENTIDADES HOY EN DÍA.
Lo cierto es que los constantes vaivenes de la investigación durante aquellos años llevaron a la desconfianza por parte de la prensa y los ciudadanos. La gran cantidad de sospechosos que manejaba la policía y la imposibilidad de dar con el asesino en serie dejó tocada la imagen tanto del cuerpo Metropolitano de Londres como de Scotland Yard durante tiempo. "Afortunadamente" el asesino dejó de matar y poco a poco el asunto dejó de estar en portada, pero de tanto en tanto se recordaba y se reclamaban resultados que nunca llegaban.

Hemos tenido que esperar para que durante el siglo XX y XXI se "descubriera" la auténtica identidad de uno de los peores y más misteriosos asesinos en serie de la historia. Aún así con muchos escritores/as, historiadores/as y criminólogos/as trabajando hoy en día en los informes policiales y judiciales de los casos, ilustraciones de los crimenes, testimonios registrados, pruebas físicas que se conservan de la época no se a conseguido poner de acuerdo a los expertos con respecto a la auténtica identidad del asesino. Tres son los sospechosos de la época que más números tienen para ser el auténtico Jack el Destripador, gracias a la aplicación de actuales y novedosas técnicas de investigación el cerco se ha reducido a:

Walter Richard Stickert, uno de los sospechosos que manejó la policía en su momento y que en 2017 fue presentado como el auténtico Jack el Destripador. Una escritora se gastó unos cuantos millones para financiar la investigación de su principal sospechoso y que duró unos años. Walter Richard Stickert tenía en el momento de los asesinatos 28 años. Era un pintor impresionista inglés que tras los asesinatos pintó una serie de obras relacionadas con Jack el Destripador, que incluso hoy se exponen en una galería de arte.


Aaron Kosminski, fue un joven barbero que años antes se marchó junto a su familia de la Rusia Imperial huyendo de la persecución de judíos que llevó a cabo el Zar. Un año después de Los Cinco Canónicos, en 1889 a la edad de 23 años fue ingresado en un hospital psiquiatrico donde se le describió como una persona misógina y diagnosticado de esquizofrenia paranoide con alucinaciones auditivas. Kosminski estuvo bajo vigilancia policial ya que hubieron varios testigos que le situaban con sus descripciones en los lugares del crimen. Aunque nunca se pudo demostrar que fuera él el Asesino de Whitechapel, algunos de sus actos hacían sospechar. Murió en 1891 en el manicomio de Levesden pesando solo 45 kilos y desconectado totalmente del mundo por culpa de sus problemas mentales. Allá por 2014 se publicó tras un analisis de ADN efectuado al chal de Catherine Eddowes, que la identidad del verdadero Jack el Destripador era la de Aaron Kosminski. Se llegó a esa conclusión al conseguir extraer suficientes muestras que luego se contejaron con descendientes tanto de la victima como del presunto asesino.


Jacob Levy, fue un carnicero judio que vivía y trabajaba en Whitechapel y que tenía su negocio muy cerca de donde se sucedieron los asesinatos. Levy nunca fue un sospechoso al nivel de otros, aunque la descripción de algunos testigos hizo que la policía le investigara. Tener la carnicería cerca de donde se cometieron los asesinatos, le hubiera permitido volver hasta allí para guardar sus trofeos sin levantar muchas sospechas. Su mujer llegaría a reconocer a la policía que su marido podría haber sido el asesino, ya que tenía muchos problemas, el negocio no le funcionaba y en lugar de estar en casa deambulaba por las calles. Jacob Levy tenía antecedentes policiales al haber pasado un tiempo en prisión por robar carne a su jefe. Recientemente un estudio le considera el verdadero Jack el Destripador porque al ser carnicero tenía la destreza y conocimientos necesarios para efectuar las incisiones de los cadáveres así como para destriparlos. Murió en 1891 a causa de la sífilis, que pudo contraer al contratar los servicios de prostitutas. Declaró antes de su muerte que escuchaba voces y ruidos que le impulsaban a cometer actos inmorales. El escuchar voces o ruidos son síntomas de la última fase de la sífilis. Otra teoría sobre Levy sería que pudo cometer esos asesinatos contra las prostitutas de Whitechapel por haber contraído la sífilis de sus encuentros con ellas, algo que debió dejarlo marcado y avergonzado generando un gran odio contra ellas.


EL MISTERIO DEL ASESINO IMPUNE.


Tras cerca de 130 años de los sucesos vividos en el barrio de Whitechapel la sensación que sigue habiendo es la de que seguimos sin saber quién fue aquel despiadado asesino, ni que era lo que realmente impulsaba sus ansias de matar, ni porque decidió dejar de hacerlo. ¿Realmente la policía andaba tan desencaminada?, ¿algo o alguien hizo desaparecer a Jack?, ¿fueron solo cinco sus asesinatos? ¿tuvo ayuda de alguien más o alguien le protegió? ¿fue él el asesino de Mary Jane Kelly o Jack tuvo imitadores que aprovecharon para dar rienda suelta a sus más oscuros impulsos?... Muchas preguntas que hoy por hoy son difíciles de averiguar pero que gracias a diversas investigaciones y técnicas criminólogas actuales parece cada vez más cerca el día que todas las pruebas por fin arrojen luz al misterio.

Comentarios

  1. "Desde comienzos de setiembre de 1873 hasta el 10 de setiembre de 1889 una secuencia de homicidios sin precedentes, por su brutalidad, asoló Inglaterra. Cadáveres femeninos desmembrados aparecieron en las márgenes del río Támesis. Víctimas desconocidas, crímenes sin sentido que parecían el macabro fruto de un ritual exótico. La historia registraría al culpable con los motes de "El Descuartizador del Támesis" o el "Asesino del Torso de Támesis". En el otoño de 1888, en el malhadado distrito de Whitechapel, irrumpió otro homicida. Este último, mucho más mediático, acaparó pronto la atención pública mutilando prostitutas, y sirviéndose de un pegadizo alias: "Jack el Destripador". Desesperado, el Comité de Vigilancia contrata detectives privados para ayudar a Scotland Yard, que se muestra impotente en capturar al psicópata. El líder del equipo, Arthur Legrand y su joven amante, Bárbara Doyle, saldrán al cruce de los dos peores criminales de la era victoriana".
    Texto de la contratapa de "El animal más peligroso", novela histórica sobre Jack el Destripador y el Descuartizador del Támesis.

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  2. Este caso ni se resolvió ni se resolverá nunca, demasiado misterioso.

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